Blogia
artecal

Emilio Casanova Martín

Emilio Casanova Martín

Pintar por puro placer.

Emilio Casanova Martín nació en Rueda de Jalón hace 58 años. Maestro de escuela de profesión, se considera dibujante y pintor desde siempre. Este miembro perteneciente al Colectivo de Artistas de Valdejalón ya de niño tuvo atracción por los lápices y el color. Lleva la marca del pintor que queda atrapado por ese misterioso influjo del arte desde que se tiene uso de razón. Es la pintura de la "afición por la afición" -según sus palabras- lo que pratica Emilio. Un claro ejemplo de pintar por el placer de pintar. El entiende la pintura como un elemento de satisfacción personal, pinta por puro placer y punto. No hay, por su parte, el mas mínimo deseo de notoriedad en lo que hace, pero sin embargo en las exposiciones tanto individuales como colectivas que ha hecho por la comarca, el que observa su obra no queda insatisfecho. La mira con atención, la disfruta. Quizá por esa forma de entender el arte en lo personal, la pintura que lleva la firma de Emilio Casanova es pequeña en su formato, lo que facilita al observador percibirla a simple vista como una estructura y no como elementos del cuadro aislados. También es delicada, equilibrada y sin estridencias. Pinta elementos de su entorno, nada desconocidos. Las calles de su pueblo, la huerta, la familia, son sus modelos. Lo mas inmediato, lo mas conocido, lo mas personal, se convierte en su mundo pictórico. Si dejamos llevarnos por nuestra pura intuición, los pesos visuales de sus óleos hacen que sus cuadros sean armoniosos. Cuida el detalle, pero siempre dentro de unos cánones que pretenden escapar de lo estrictamente riguroso. Sin mordazas que le impidan hacer lo que realmente le gusta a la hora de pintar. Su impresionismo es autodidacta, como su formación pictórica, pero con argumentos que no escapan a lo academista, fruto sin duda de su interés por lo correcto en el arte. A la vez que su estilo es personal, no hay lugar a dudas: lleva la impronta de moverse dentro de las reglas sagradas de la pintura. La perspectiva esta cuidada, los claroscuros definidos, las sombras bien tratadas y los temas meditados. El resultado de todo ello son paisajes conjugados y armoniosos, bodegones con frutos que posan en blancos y también, como no, el retrato, del que sabe captar ese difícil punto de brillo en los ojos que define el ser o no ser del modelo. En esta modalidad Emilio se siente especialmente orgulloso del que le hizo a su padre, donde ha conseguido recoger todo un universo de carácter a través de la exquisita y certera plasmación de una sonrisa cargada de personalidad. Admira a Goya, como lo hacía Eduoard Manet o Picasso y gran parte de la pintura contemporánea. Del genio de Fuendetodos destaca su extrahordinaria habilidad en el manejo del pincel. Esa exquisita soltura solo al alcance de unos cuantos privilegiados, de la que salieron obras universales y lo que se denominó, en su última etapa, el "anticipo del impresionismo". Quizá por ello, cuando Emilio habla de Goya, se le enciende en los ojos ese brillo de admiración que a todos nos surge cuando hablamos de nuestros artistas preferidos. Eso se llama sensibilidad artística. Este hombre que "pinta por el puro placer de pintar" sin duda la tiene y mucha. Zaragoza 14 de octubre de 2006 Colectivo de Artistas de Valdejalón CAL

0 comentarios